Ramayá
Pedro Agustín Beltrán Castro
(Ramayá)
Conocido como Ramayá Beltrán (Corregimiento de Patico, Talaigua Nuevo, Bolívar, 5 de febrero de 1930) es un compositor, flautista y músico colombiano.
Especializado en de la flauta de millo y la gaita colombiana. Es reconocido como el fundador de la cumbia moderna de Soledad. Junto a Fruko (de Fruko y sus tesos) y Aníbal Velásquez fue invitado a participar en el álbum de Ondatrópica, grabado en Londres por el inglés Will Holland y Mario Galeano. Este proyecto buscó rescatar la música colombiana de los años cincuenta y sesenta.
Ha sido el Rey Momo de los Carnavales de Barranquilla y una de las estaciones de Transmetro lleva su nombre. Compuso varias canciones que ahora se consideran parte del patrimonio folclórico colombiano, y que son consideradas himnos del Carnaval, como: "El ratón", "La rebuscona", "Mico ojón pelú", "La clavada", "La cabuyita", "La burra mocha", "Viva el carnaval", "Mi flauta," "La estera", "El caballo Chovengo", entre otras.
Biografía
Trabajó para una licorera de Antioquia, haciendo unas presentaciones que se llamaban: Viernes del Buen Sabor, las cuales consistían en un recorrido de promoción de caseta en caseta, por el cual le pagaban 250 pesos por la hora. El músico lo recuerda de la siguiente manera: "En aquella época trabajaba para una empresa de aguardiente y los viernes hacíamos unos toques. El animador del evento, un joven de apellido Barrios, vio que era muy largo presentarme diciendo: “¡Bienvenidos a ‘La ronda del buen sabor y la alegría’ con Pedro Beltrán Castro y su Cumbia Moderna!”. Y aprovechando el éxito de la canción, decidió ponerme de apellido el título de la pieza musical: ¡Pedro Ramayá y su Cumbia Moderna!".
Origen de "Ramayá"
Pedro Beltrán y los miembros de su grupo hicieron un cover de esta canción, primero como guaracha y después, en octubre Discos Tropical los contactó para pedirles que hicieran una versión en cumbia.
Fue de tal éxito esta versión que un animador de apellido Barros lo presentó como Pedro ‘Ramayá’ Beltrán y su conjunto; y de ahí en adelante "ya no me pude zafar de ese bautizo artístico”, dice el cañamillero.
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